Tras un primer polvo muy satisfactorio, Ryan Stone y Jay Dymel ansían un segundo asalto con Markus Kage. El primer trabajo no sólo fue fácil para el apuesto boxeador, sino que además se embolsó una buena suma. Empieza a plantearse si el boxeo profesional es realmente la mejor opción para él, mientras acepta rápidamente otro encargo igual de lucrativo.