Este cliente está cabreado con el obrero que está repintando su apartamento. El obrero no se deja intimidar y saca su gran polla. Va a demostrar que tiene una muy buena pincelada. El cliente no habla más y abre la boca de par en par. Acaba recibiendo una paliza en el culo y se volverá muy dócil y comprensivo con este obrero a partir de ahora.