El guapísimo Theo Ford nos hace partícipes de su afición secreta de espiar a sus inquilinos, locos por el sexo, desde cámaras ocultas repartidas por todas partes. Al pillar a sus tonificadas y musculosas víctimas en el acto, hay una agitación en sus pantalones de traje que no desaparece. Bajando la cremallera y poniendo su polla cada vez más grande en sus grandes manos masculinas, el maestro del traje se acaricia con largos y suaves movimientos, permitiéndonos captar el pico de su sólida polla antes de entrar en acción y bombearse poderosamente, sudando bajo el traje, hasta que no puede contenerse y se corre sobre sí mismo. ¡! Se limpia y vuelve a subirse la cremallera, este hombre de negocios se va, dejándonos a todos cubiertos de semen, como él.