Pensó que viviría feliz para siempre, con una buena esposa, un montón de jovenos, una casa y un perro... ¡pero la mujer con la que se casó no quiere tener sexo con él! El pobre hetero ya se aburre. Sabe que su mujer odia que se la chupen o que se la metan por el agujero, así que se le ocurre una idea: ¡un masajista gay! Llama a uno mientras su mujer no está. ¡Primera mamada y primer culo follado para el hetero casado!