Acaba de ser contratado para trabajar en una obra, pero no ha hecho nada bueno. Afortunadamente, su obsesionado jefe Ricky Larkin es gay y ve en él otras cualidades. Congenian físicamente y el empleado utiliza sus encantos para conservar su empleo. Excitará la gran polla varonil de Ricky y le mostrará lo profunda y dura que es su garganta. Es un gran trabajo para hacer mamadas, eso está claro. Pero ahora Ricky está cachondísimo y no es de los que se conforman con un bocado. Va a follar duro a su empleado y hacerle sentir todo su poder viril. El tío está encantado: ¡su jefe puede ser exigente, pero es un buen follador peludo!