Pierce Paris tiene un hombro dolorido por el entrenamiento y está esperando a que lo revisen en la camilla. Cuando el enfermero Dean Monroe echa un vistazo a Pierce, se pone una bata blanca de laboratorio y se hace pasar por el médico. Dean no va a dejar escapar a este semental, y después de masajear los hombros de Pierce, se da cuenta de que Pierce es receptivo a sus avances. Dean se da cuenta de que el de Pierce crece por momentos y reacciona rápidamente sacándole los pantalones. Dean toma la enorme polla de Pierce en la boca, y como Pierce sigue desvestirse, Dean aprovecha al máximo olfateando y lamiendo cada prenda de ropa que Pierce tira al suelo. Pronto los sementales desgarrados están completamente desnudos y Pierce sabe exactamente lo que su nuevo "doctor" necesita. Pierce toma la polla sin cortar de Dean y las bolas en la boca y luego le da la vuelta para lamer su culo apretado. Pierce quiere sentir a Dean desde dentro y desliza su monstruosa polla profundamente en su agujero. Es exactamente lo que Dean necesitaba y después de dar la vuelta para tomar la polla de Pierce en tantas posiciones como pueda, estalla una carga en la mano de Pierce que se la devuelve a Dean. Pierce ha trabajado a sí mismo al borde y tiene que reventar una tuerca. Arroja a Dean sobre la mesa y se monta a horcajadas sobre el semental hasta que su polla explota en la boca abierta de Dean. Esto es justo lo que recetó el médico... si Dean fuera médico de verdad.