De camino a casa, Kurt recoge al sexy Dillon Buck, un autoestopista británico que está más que dispuesto a pagar a su conductor como quiera. Con un tipo tan guapo y peludo en su coche, Kurt nunca rechaza un polvo potencial, y Dillon no es una excepción. Escondiendo un buen paquete entre las piernas, el arma de Dillon no tarda en apuntar a Kurt, ¡y se la mete en la garganta en cuestión de minutos! ¡! Queriendo follar más que la cara, Dillon le da la vuelta a Kurt y le come el culo y la polla, tirando de él hacia atrás para tenerlos a los dos juntos. Tirando de él hacia abajo para rebotar en su polla, Kurt toma lentamente todo, moliendo hacia abajo y sentir cada pulgada dentro de él. Descargando su carga sobre la cara de Kurt, Dillon le da un último remojón del día, saciándolo finalmente, al menos por hoy.