Sánchez López está revisando una obra en construcción mientras es vigilado por la hambrienta de pollas Mirko Heres que también está merodeando. Mirko no puede controlar sus impulsos y se mete en la ropa interior de Sánchez para sentir su peluda entrepierna. Enrolla sus labios alrededor de su palpitante polla y se pone a trabajar chupando mientras se lo lleva todo por la garganta.
Trabaja duro a Sánchez antes de abrirse camino por el agujero peludo que le espera en el borde. Los dos sementales se enfurecen cuando Sánchez dobla a Mirko para meterle la polla. Se aleja de él, acelerando su ritmo hasta que Mirko jadea y pide más. Mirko quiere la oportunidad de montar el duro y sin cortar palo de Sánchez y se sube a él para cogerlo en profundidad, haciendo que Sánchez gima con cada golpe del talentoso agujero de Mirko.
Eso no es suficiente para Mirko, así que se retira, se acuesta en el suelo y le pide a Sánchez que se lo folle fuerte. Sánchez accede felizmente y se mete en el culo apretado del semental cachondo. Sánchez pierde el autocontrol y le echa la carga en la cara y la lengua a Mirko. Mirko limpia el desastre lamiendo cada gota de semen.