El primero es Charles, tiene 54 años y está muy bien conservado. El segundo es Tom, tiene 26 años y es muy encantador. Ambos están arrodillados en una bodega, listos para ser sometidos a gallos. Una pandilla de chicos los rodea y sacan sus pollas. Saben lo que tienen que hacer: abrir la boca y chupar todas esas pollas. Hasta el jugo. Uno tras otro, los machos se vacían en estas dos bocas sumisas. Una verdadera alimentación motivadoa.