Hay una pandilla de chicos malos en el barrio con la que no hay que meterse. Una vez que te tienen en su espejo, te agarran, ya seas gay, bi o heterosexual, ¡y te hacen pagar! Te obligan a bajar y te hacen someterte a su polla. Eres su rehén. Debes obedecerlos. Tu boca, tu trasero y tu polla son de ellos para hacer lo que quieran. De una forma u otra, te convertirás en su perra. Estás jodido!