Encerrado desde hace varios meses en su celda, este gay musculoso está muy cansado. Está solo en esta jaula, aburrido y le cuesta soportar al guardia que lo vigila, un tipo muy poco atractivo. Esta tarde, simplemente pide permiso para orinar. Lo cual el guardia se niega, demasiado ocupado mirando una revista de sexo. Insiste, lo pide una y otra vez y de repente el guardia llega y se ríe de él meando en su celda. Entonces abre la puerta y le hace entender que va a disfrutar de de él. El prisionero está tan desesperado por sexo que ni siquiera puede resistirse a este duro polvo. Se entrega sin decir nada, se le jode la cara con la boca y da su musculoso culo para que le hagan un agujero en la celda como a una . Completamente sumiso a la gran polla del guardia y a su mirada viciosa, ya no sabe quién es y se divierte al 100%.