El joven Johnny Polak eligió el apartamento equivocado para entrar. Si hubiera sabido que el dueño del lugar era el musculoso Zack Hood, se lo habría pensado mejor. Aunque, pensándolo bien, quizás no lo hubiera hecho. El hombre grande entra en cólera, comprensiblemente, pero cuando un tipo como este tiene un chico como Johnny para castigar es ese apretado agujero de jovencito el que va a conseguirlo. Con la ropa bajada y la cara enrojecida por las bofetadas el chico es obligado a chupar esa gran polla de músculo macizo, pagando su crimen con su boca húmeda. El chico está claramente en problemas, pero con Zack follando su cara y alimentando su precum no puede evitar ponerse duro. La polla del chico está rígida, incluso cuando Zack lo dobla y le mete su polla a pelo hasta el fondo, embistiéndolo por detrás, inmovilizándolo de espaldas por el cuello y haciendo que Johnny monte su polla. Johnny se excita, y Zack no se queda atrás, sacando para descargar su crema sobre el chico antes de echarlo. Creo que es probable que Johnny vuelva a entrar en menos de una semana.